El gran viaje de Río y Polo: ARGENTINA

Río y Polo estaban entusiasmados. Vivían junto al Canal de Panamá, rodeados de altos árboles y tucanes de colores. Una mañana soleada, sus padres les dijeron que se iban a Argentina. Conocerían a su familia y vivirían muchas aventuras nuevas.

Río y Polo nunca habían subido a un avión. Al embarcar, agarraron con fuerza las manos de sus padres. El avión despegó y sintieron un extraño cosquilleo en la barriga. Miraron por la ventanilla y vieron las nubes.

En Buenos Aires, Río y Polo conocieron a su bisabuelo Seide. Tenía una sonrisa amable y les contó historias de cuando era joven. Escucharon con atención, imaginando el pasado. Era especial estar en familia.

Río y Polo exploraron la ciudad con sus padres. Visitaron parques, vieron edificios preciosos y probaron comida deliciosa. Incluso bailaron al ritmo de la música en las calles. Buenos Aires estaba llena de sorpresas.

A continuación, Río y Polo viajaron a la Patagonia. Hacía frío y nevaba, a diferencia de su hogar tropical. Llevaban ropa de abrigo y se sentían como pequeños exploradores. La nieve hacía que todo pareciera mágico.

Río y Polo jugaron en la nieve por primera vez. Construyeron un muñeco de nieve y se lanzaron bolas de nieve. Sus risas resonaban en el aire fresco. Fue un día que nunca olvidarían.

Esa noche, se sentaron junto a un cálido fuego con su familia. Bebieron chocolate caliente y compartieron anécdotas del día. El calor del fuego y el cariño de su familia les hicieron sentirse felices y seguros. Fue el final perfecto para un día perfecto.

Después de muchas aventuras, llegó la hora de volver a casa. Río y Polo se despidieron de su familia y subieron al avión. Estaban deseando contar su viaje a sus amigos. Mientras volaban de vuelta, sabían que habían creado recuerdos que durarían para siempre.